lunes, 13 de mayo de 2013

Dios no nos dejará

-->
No podemos poner en espera lo que Dios va a hacer con nosotros.  Cuando llegue el momento, haremos lo que tengamos que hacer, pero no pongamos nuestra vida en espera por una circunstancia de dolor que no se ha podido resolver hoy.

La grandeza de un hombre que le cree a Dios es que, a pesar del dolor, la impotencia y la ansiedad. Dios sigue cumpliendo su promesa sobre nuestras vidas.  En medio de esos sentimientos, Dios nos puede prosperar y bendecir.  En medio del dolor, Dios nos puede dar una familia, llevarnos a nuevos lugares. 

(Génesis  Cáp.28) A Jacob, por 20 años, le dolía el estar lejos de su familia, le dolía lo que le estaba sucediendo.  Pero aún en medio de su dolor, Dios cumplía su promesa.  Debemos creer que al Dios que servimos va con nosotros en todo el camino.  Por supuesto, hay situaciones que hay que resolver en el momento necesario.  Lo que tenemos que conservar es un corazón dispuesto para cuando Dios nos indique lo que vamos a hacer. 

Las promesas de Dios son más grandes que nuestro pasado, que nuestras angustias y que nuestros “problemas”.  Las promesas de Dios son las que nos definen, y no el dolor de los problemas. Él nos dio una palabra, y nos ha dicho: -No les voy a dejar, -no les voy abandonar, hasta cumplir lo que he dicho. 

Dios no nos dejará.  El nos ha hecho, su proyecto de vida.