Una vida extraordinaria.
El
pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto, pero no olvidaba la promesa que
Dios le había dicho al padre, Abraham, que a los 400 años serían
liberados. Vivían con la expectativa de que se estaba acercando el tiempo
de la liberación. Esto llega a los oídos de Faraón y por esto envía un
edicto de matar a todos los niñitos varones. Incluso envió parteras que
se aseguraran que no vivieran los nacidos varones.
Jocabed,
madre de Moisés, vio a su hijo hermoso, con propósito, y preparó una canastilla,
puso a Moisés en ella, y la echó en el río. La hija de Faraón lo ve y lo
acoge como hijo. Moisés se levanta en medio de la casa de Faraón como un
príncipe extraordinario. Por una mala decisión, tuvo que salir huyendo al
desierto y, de príncipe extraordinario, pasó a hombre ordinario. No
tan solo pasó a ser un hombre ordinario, sino que toda una nación estuvo 30
años más esperando el cumplimiento de una promesa. Pero un día, cuando estaba
en el desierto cuidando ovejas ajenas, tuvo un encuentro con Dios; su vida dio
un giro de 180 grados y una nación completa fue liberada de la
esclavitud.
Cuando
te conviertes de extraordinario en ordinario, no tan solo a ti se detiene el
cumplimiento de una promesa, sino a toda una nación.
Un
hombre que Dios lo había puesto en una posición en el reino, que podía tomar la
decisión más rápida de libertar a su pueblo, pero una mala decisión lo lleva
huir al desierto. Lo más frustrante en la vida de un ser humano es estar
en el desierto dando vueltas, cuidando ovejas ajenas, sabiendo el gran
potencial que hay dentro de él.
Dios no
te ha librado de tantas cosas, hasta de la muerte, para que vivas dando vueltas
en la dirección incorrecta. Fuiste llamado para algo más grande, más
extraordinario.
Una vida
extraordinaria no es vivir lleno de riquezas, sino saber maximizar lo que se
tiene y tener la capacidad de vivir en el propósito de Dios. Muchos se
conforman con vivir en un matrimonio ordinario por no esforzarse y maximizar el
matrimonio. Muchos se conforman con poco, pudiendo maximizar y pasar de
lo ordinario a extraordinario. Dios no ha invertido tanto contigo para
que vivas una vida sin sentido.
Una vida
extraordinaria es cumplir el propósito de Dios. Si bien es cierto que
basta una mala decisión para pasar de extraordinario a ordinario, también es
cierto que debemos dar gloria a Dios porque basta un solo encuentro con nuestro
Señor Jesús para pasar de lo ordinario a una vida extraordinaria.
Tu vida
puede tomar una nueva dirección. Olvida el pasado. Retoma el destino que
parecía perdido y alcanza el propósito de Dios para tu vida y los tuyos.
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