domingo, 20 de septiembre de 2015

Decisión Irrevocable.




  Los ojos húmedos e irritados de tanto llorar. Un suspiro espontáneo sale desde el alma, ¡Tantos deseos! Cúmulos desiderativos de un espíritu desconsolado, de un alma atormentada, queriendo la paz. Esperanzas en un desierto donde aún nada crece. ¡Que ansiedad! Anhelos llenos de esperanzas, ilusiones llenas de etapas in-terminadas, ¡recuerda tristemente un pasado alegre! Ya las fuerzas se desvanecen, el aire se hace hostil; ya solo piensa y monologa-mente actúa con sus fantasías llenas de grandes proezas.


 Ahí en la soledad, gime su desolado corazón queriendo alcanzar el cielo sin las herramientas necesarias. Débil de mente y alma, toma su decisión irrevocable, se cerciora de que todo salga bien, mientras susurra una canción entre la incertidumbre. Se tumba su ser entero desde un taburete viejo, ya con sus alas caídas por el tiempo, en tanta soledad, dudando de su futuro y de su próxima forma de vivir, sé pregunta por un instante entre agonía: ¿dónde está Dios?…ya exhala su cuerpo y expira cerrando los ojos lentamente, suspendido en el aire, rindiendo su cuello, su ser entero a otra transcendencia inesperada.



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