domingo, 20 de septiembre de 2015

Al final del camino


Al final del camino

 Al final del camino,  no encontraremos nada, solo el cansancio de haber caminado tanto.  Esperando el final, quizás decepcionado por no encontrar nada., tal vez un pedazo de espejo tirado en el suelo ante nuestros pies  y al alzarlo únicamente veremos nuestro rostro deteriorado por el tiempo, ese implacable tiempo que transcurre lentamente sin parar, ese tic tac del péndulo del reloj. No encontraremos nada porque en el camino de la vida que nos toca vivir simplemente no obtendremos nada tangible el cual pueda ser palpado con nuestras manos percibidos por nuestros ojos, deleitado por nuestros oídos, saboreados por nuestros labios o disfrutados por nuestro olfato, sino todo lo contrario,  será algo intangible que sólo es posible palparlo, percibirlo, deleitarlo saborearlo y disfrutarlo  por el sentir interno de de nuestro corazón sentimental, por nuestro espíritu, porque al final de ese camino lograremos encontrar nada más al camino y a la satisfacción de haberlo recorrido con un gran tesoro inquebrantable y eterno. En nuestra mente  ahí está el tesoro y la solución de todas las cosas. Nuestro poder mental, nuestra capacidad de vencimiento. Allí como una gran masa sólida. Ese es el verdadero gran tesoro que obtendremos al final del camino, solamente nuestra capacidad de resistir entre la debilidad y la fuerza; lo bueno y lo malo, la alegría y la tristeza; vivir o no vivir; ser o no ser;  hacer o inhibirnos y la conjugación de todos los verbos a través del tiempo todo llegará ahí, hasta llegar a nuestra formas unicelulares.

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