lunes, 21 de enero de 2013

Recibe de Dios.

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En Génesis cap.24; ver.34, el siervo de Abraham dice que Jehová había prosperado a su amo, que este se había engrandecido, y que le había dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Algunas personas no saben recibir. A veces, tenemos grandes problemas en recibir de parte de Dios.
Por diferentes razones, no tenemos el corazón abierto para recibir de parte de Dios. El recibir algo nos hace sentir incómodos. El que alguien haga algo por ti, te hace sentir incómodo. El que alguien te favorezca, en un momento dado, te hace sentir incómodo. Si alguien hace algo por ti, sientes que le debes el favor, y no estás tranquilo hasta que pagues el favor que aquella persona te hizo. No disfrutas lo que te han dado.
Cuando no tenemos la capacidad de recibir, caemos en una conciencia de estrechez, donde Dios no puede hacer nada. No podrás alcanzar el final de tu fe, si no entiendes que hay una parte de todo lo que Dios quiere hacer contigo que siempre será dada por gracia.
No se trata de que te vayas al extremo de buscarlo todo de gratis, pero tienes que entender que no va a ser tu esfuerzo únicamente lo que va a producir los grandes resultados, sino que va a llegar un momento dado en tu vida donde la fe que hay en ti, la revelación que hay en ti, va a provocar que ciertas cosas comiencen a ser añadidas a tu vida, y el favor de Dios se va a mostrar en ti.
Si todo lo que tienes, lo que alcanzas, es por tu esfuerzo, entonces, no está el factor divino. Tiene que haber algo en tu vida que no tenga otra explicación que: Solo Dios me lo dio. Tiene que haber algo que tú no puedas decir que lo trabajaste, que lo luchaste, que lo sudaste.
Ciertamente hay cosas que vas a tener que luchar, cosas que vas a tener que trabajarlas, sudarlas. Vas a tener que engrandecerte, como hizo Abraham, vas a tener que poner acción. Pero tiene que haber algo dentro de ti, que muestre que hay favor divino.
Lamentablemente, en la vida de muchas personas, eso no existe, porque han encerrado su corazón, al grado de no poder recibir de Dios. Y, sin darse cuenta, comienzan a detener el potencial de Dios en sus vidas.
Tiene que haber un momento dado en que tú ensanches tu corazón para recibir de Dios

Nuestras manos.

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Nuestras manos forman parte de las extremidades y están compuestos por unos dedos, con ellos agarramos muchas cosas y nos sirven para casi todo, especialmente para comer, beber y asearnos. Las usamos para múltiples costumbres, como ¡el saludo!  Con ellas gesticulamos, indispensable para el lenguaje de señas para la comunicación con personas sordas o con problemas auditivos Las personas invidentes pueden utilizar sus manos como instrumentos de lectura mediante la escritura en Braille. Para escribir  y dibujar, tallar y modelar, crear y hacer, con las manos. Aliviar el dolor mediante técnicas de masaje, Para obtener placer físico, usada para interpretar instrumentos musicales.
Son el principal órgano para la manipulación física del medio. La punta de los dedos contiene algunas de las zonas con más terminaciones nerviosas del cuerpo humano; son la principal fuente de información táctil sobre el entorno, por eso el sentido del tacto se asocia inmediatamente con las manos.

Además, las manos están compuestas de varios, músculos y ligamentos diferentes que permiten una gran cantidad de movimientos y destreza. ¡Dios bendigas las manos de arduo trabajo! Manos que no se alcen para el maltrato y los golpes; sino manos que acaricien y den amor. ¡Dios bendiga las manos de mi madre!

Así son también los hijos de la tierra, cada uno diferente a otro, con características únicas, unos más grandes que otros, unos más gordos que otros. Salen caros pero no tienen precio. Manos sin dedos ¡gran aflicción! Son necesarios, ¡son diferentes, pero juntos hacen muchísimas cosas! Así quisiera yo que fuesen los hijos, que aunque tengas sus diferencias y su forma particular de ser, ¡seamos unidos para lograr el éxito!

domingo, 13 de enero de 2013

La belleza


La belleza exterior viene de una fuente diferente a la belleza interior. La belleza exterior viene de tu padre y de tu madre: sus cuerpos crean tu cuerpo. Pero la belleza interior viene de tu propio crecimiento de la conciencia que estás trayendo de muchas vidas. En tu individualidad ambas cosas se unen, la herencia física de tu padre y de tu madre y la herencia espiritual de tus vidas pasadas, su conciencia, su gozo, su alegría.

martes, 8 de enero de 2013

Alegria



ALEGRIA
Nadie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría. El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continúa creciendo con total libertad para ser juguetón, acabará siendo un rebelde. No será fácilmente esclavizado; no le podrán reclutar fácilmente en un ejército para destruir gente, o para que le destruyan.  El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. Entonces no podrás obligarle a que se case; no podrás obligarle a aceptar un determinado empleo; no se le podrá obligar a satisfacer los deseos incompletos, y los anhelos de sus padres. La juventud rebelde seguirá su propio camino. Vivirá su propia vida de acuerdo a sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otras personas. Por todas estas razones, se sofoca su capacidad de jugar, se aplasta desde el principio.  Nunca se le da una oportunidad a su naturaleza. Poco a poco empieza a cargar con un niño muerto en su interior. Este niño muerto en su interior destruye su sentido del humor: no puede reírse totalmente, con todo su corazón, no puede jugar, no puede disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Se vuelve tan serio que su vida, en vez de expandirse, comienza a encogerse. La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que cree, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que hace debería salir de su capacidad de jugar y de su alegría.
 

Perscepción de Vida.

“Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje. Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla, depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas: - a aprender a amar – a dejar huella – a ser felices. En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos: -Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,……. -Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor. -El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los chóferes de los autobuses, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos. Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos, se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tienen que ver con la inteligencia espiritual. Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la Actitud con la cual enfrentemos lo que nos toca. Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro”.