jueves, 29 de octubre de 2015

AmadoS


El gris de la carretera se ha estremecido en estos sitios muchas veces,… a cada rato. La muerte como veloz monstruo de acero, se entretiene absorbiendo cuerpos físicos, es lo único que puede acabar pues el alma es de quien la creó y a Dios vuelve…

          Muchas familias quedan sin suspiros absortos en un sólo asombro, preguntándose ¿Por qué? ¿Y Dios no nos dio una señal? ¿Y qué hacemos ahora?  ¡El responsable pagará por su negligencia!  ¿Y quién devuelve la vida? ¿Esa Presencia física? ¿Esa voz, esa sonrisa?

          Nada volverá a ser igual, más nunca. Se carga con el dolor y se vive o sobrevive con ese sentimiento aunque el luto y sus fases sean superados. ¡Cómo la cicatriz de enorme herida! ¡Ha de dejar su profunda huella!

          El Hombre es un alma y tiene un cuerpo. El cuerpo no es el hombre. El cuerpo es solo la vestidura del Hombre. La muerte absorbe la vestidura; como quitarse el abrigo. Ese abrigo que fue su cuerpo visible.

          -No he perdido nunca a nadie, ellos siguen aquí conmigo... Solo he perdido de vista, el abrigo en el cual estaba acostumbrado a verlos envueltos. Se llevaron sus abrigos, más no los hombres que los vestían... ellos siguen aquí conmigo... ¡Entre nosotros!
                                                                                                          A.G.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Al final del camino


Al final del camino

 Al final del camino,  no encontraremos nada, solo el cansancio de haber caminado tanto.  Esperando el final, quizás decepcionado por no encontrar nada., tal vez un pedazo de espejo tirado en el suelo ante nuestros pies  y al alzarlo únicamente veremos nuestro rostro deteriorado por el tiempo, ese implacable tiempo que transcurre lentamente sin parar, ese tic tac del péndulo del reloj. No encontraremos nada porque en el camino de la vida que nos toca vivir simplemente no obtendremos nada tangible el cual pueda ser palpado con nuestras manos percibidos por nuestros ojos, deleitado por nuestros oídos, saboreados por nuestros labios o disfrutados por nuestro olfato, sino todo lo contrario,  será algo intangible que sólo es posible palparlo, percibirlo, deleitarlo saborearlo y disfrutarlo  por el sentir interno de de nuestro corazón sentimental, por nuestro espíritu, porque al final de ese camino lograremos encontrar nada más al camino y a la satisfacción de haberlo recorrido con un gran tesoro inquebrantable y eterno. En nuestra mente  ahí está el tesoro y la solución de todas las cosas. Nuestro poder mental, nuestra capacidad de vencimiento. Allí como una gran masa sólida. Ese es el verdadero gran tesoro que obtendremos al final del camino, solamente nuestra capacidad de resistir entre la debilidad y la fuerza; lo bueno y lo malo, la alegría y la tristeza; vivir o no vivir; ser o no ser;  hacer o inhibirnos y la conjugación de todos los verbos a través del tiempo todo llegará ahí, hasta llegar a nuestra formas unicelulares.

Agónico


Agónico


¡Tuvo una vida feliz! fue lo que quiso, ¡Tuvo grandes amistades! Disfrutó mucho la vida, hasta llegar a  las extremidades de los placeres efímeros. Pero, son sólo viejo recuerdos. Los muchos amigos se redujeron a un espejo donde cada mañana le visita, conversan pero el espejo sólo le devuelve su mismo reflejo. Todavía sé ve bien. Se siente mal todo el tiempo, odiándose así mismo. Reprimiendo sus sentimientos. Náuseas, algo de tos seca, sin apetito, además del miedo y pánico… esos son sus síntomas.
         ¡Debilidad humana! ensimismado y taciturno, sus calambres le imposibilitan el caminar, no quiere pensar en las cosas que no verá. Allí entre el aislamiento, ve el tiempo que se mueve como un sueño, sus noches son eternas. Dice que esperar la muerte  es algo cómico; le divierte entre su miedo. Todos tendremos miedo a este paso. Sus defensas están muy bajas al igual que sus fuerzas. El virus y el kaposi le comen las uñas y sus dientes; aquellos con los que reía. Respira lentamente,  su amor es como un follaje en el bosque. Deja de preocuparse, ya que la muerte nada es para su vida, porque cuando su vida está, la muerte no y cuando ella llegue ya no podrá estar su vida.
                                            (Luchemos contra el HIV+).

Decisión Irrevocable.




  Los ojos húmedos e irritados de tanto llorar. Un suspiro espontáneo sale desde el alma, ¡Tantos deseos! Cúmulos desiderativos de un espíritu desconsolado, de un alma atormentada, queriendo la paz. Esperanzas en un desierto donde aún nada crece. ¡Que ansiedad! Anhelos llenos de esperanzas, ilusiones llenas de etapas in-terminadas, ¡recuerda tristemente un pasado alegre! Ya las fuerzas se desvanecen, el aire se hace hostil; ya solo piensa y monologa-mente actúa con sus fantasías llenas de grandes proezas.


 Ahí en la soledad, gime su desolado corazón queriendo alcanzar el cielo sin las herramientas necesarias. Débil de mente y alma, toma su decisión irrevocable, se cerciora de que todo salga bien, mientras susurra una canción entre la incertidumbre. Se tumba su ser entero desde un taburete viejo, ya con sus alas caídas por el tiempo, en tanta soledad, dudando de su futuro y de su próxima forma de vivir, sé pregunta por un instante entre agonía: ¿dónde está Dios?…ya exhala su cuerpo y expira cerrando los ojos lentamente, suspendido en el aire, rindiendo su cuello, su ser entero a otra transcendencia inesperada.



martes, 7 de julio de 2015

jueves, 18 de junio de 2015

martes, 24 de marzo de 2015

Paz Interior.


        

     En el siglo pasado las personas vivían  sus vidas en medio de una tranquila desesperación. El hombre como esencia reacciona ante las adversidades impulsivamente acarreando más errores. Según el escritor filósofo Henry Thoreau: "La mayor parte de las personas no disfrutan de paz interior". Lo interesante del caso es que de eso hace más de 150 años. Si sacamos un cálculo sobre las innovaciones del mundo y sus grandes creadores en aquellos tiempos ni había innovaciones ni siquiera habían nacido sus creadores. No existía el avión, vehículos, la química yacía en la ignorancia, Albert Einstein no había nacido, (hace 136 años); quien descubrió la teoría de la relatividad del tiempo, la cual modificó la newtoniana teoría de la gravitación, este alemán de origen Judío  nació en 1879, no existía bomba atómica, el mundo no había presenciado guerras mundiales y aún así no había paz interior. ¿Han cambiado las cosas? o ¿sigue teniendo vigencia las palabras de Thoreau? ¿Qué se puede decir de cada uno de nosotros? ¿Nos sentimos satisfechos, tranquilos? o ¿estaremos inseguros, inquietos respecto al futuro, calladamente desesperados por parafrasear  a Thoreau?

     Tristemente hay muchas circunstancias en el mundo que privan a la gente de la tranquilidad de ánimo. Mencionemos algunas. En muchos países  como este, el desempleo, la falta de vivienda, los salarios bajos, la alta inflación, son la causa de la pobreza y de la desesperación ante la situación económica. En muchos lugares las personas consumen la mayor parte de sus energías tratando de hacerse millonarios y conseguir posesiones  materiales. Pero, con mucha frecuencia, el modo de vida competitivo que ellos suponen produce ansiedad, no paz. También privan a las personas de paz, la enfermedad, las guerras, el delito, la inseguridad, la injusticia y la opresión.
     Ciertamente, nuestros días son muy distintos a los de Thoreau. Una diferencia fundamental es que hoy no escasea  el consejo oportuno respecto a cómo conseguir tranquilidad mental. Nos ofrecen sus ideas los psicólogos, los escritores de los libros de autoayuda, hasta los columnistas de los periódicos, sus consejos son de gran ayuda. Pero, si deseamos soluciones duraderas necesitamos algo más profundo, la dirección espiritual de Dios. Muchos viven sin esperanzas, es triste como muere la juventud venezolana, en particular y la del mundo entero.  Andan sin Dios en el mundo sin esa conexión proveedora de paz, tranquilidad y esperanza. Dios nos ama y se interesa por nosotros, él está atento a nuestras necesidades, solo está esperando que lo tomemos en cuenta y le demos prioridad en nuestras vidas. Dios no está muy lejos de cada uno de nosotros. Le pedimos a Dios pero no esperamos que Dios nos ayude sino que nos precipitamos a tratar de resolver con nuestras propias manos, con nuestras imperfecciones lo que solo es posible para Dios. ¿Para qué molestamos a Dios, si no vamos a esperar en él? Tener este sincero convencimiento es un factor de importancia fundamental para conseguir paz interior. Confiemos en Dios y tengamos confianza en nosotros mismos. Todos los elementos del éxito se encuentran en nosotros.
                                                           Antonio Guzmán.

domingo, 15 de marzo de 2015

Ella era débil y yo era fuerte.

Ella era débil y yo era fuerte.

Ella era débil y yo era fuerte,
Después ella dejó que yo le hiciera pasar
Y entonces yo era débil y ella era fuerte,
Y dejé que ella me guiara a casa.
No era lejos, la puerta estaba cerca,
Tampoco estaba oscuro, ella avanzaba a mi lado,
No había ruido, ella no dijo nada,
Y eso era lo que yo más deseaba saber.

El día irrumpió, tuvimos que separarnos,
Ahora ninguno de los dos era más fuerte,
Ella luchó, yo también luché,
¡Pero no luchamos a pesar de todo!

                                                                           Emily Dickinson.