sábado, 23 de noviembre de 2013

El Dolor

   

      No existen dos personas que midan el dolor en la misma escala. El dolor que alguien me ha provocado siempre será mayor para mí que para la persona que me la ocasionó. El dolor que yo te causo, siempre será peor para ti, de lo que a mí me parece. Los dolores dados y los dolores recibidos nunca podrán equilibrarse. La diferencia entre el dolor provocado y el dolor sufrido es como la diferencia entre escalar una montaña y descenderla, nunca se experimenta la misma sensación en ambas direcciones...

      Si tú me lastimas y yo tomo represalias, puedo pensar que te he dado solamente lo que merecías, nada más... pero, tú lo sentirás  como un dolor demasiado grande para ser aceptado. Tú pasión por la justicia te forzará a desquitarte, sólo que, está vez con más intensidad, después será mí turno. ¿y podremos detenernos en algún momento? El ojo por ojo se convierte en pierna por pierna y, eventualmente, vida por vida.  No importa cuales sean nuestras armas: Palabras, puñales, flechas, balas, bombas; misiles nucleares, la venganza nos atrapa en un ascenso de violencia. Gandhi tenia razón: «Si todos viviéramos bajo el precepto de ojo por ojo, el mundo entero quedaría ciego» La única solución es el perdón.

     El perdón no es la alternativa para aliviar la venganza, por ser suave, y amable; es una alternativa viable porque es la ruta creativa hacía una menor injusticia.

     El perdón tiene el poder creativo para apartarnos de un momento pasado de dolor, para liberarnos de nuestra eterna reacción en cadena y crear una nueva situación en la que tanto el verdugo como la victima puedan empezar nuevamente.

     El perdón ofrece la oportunidad de una vida juntos, en lugar de una muerte compartida. El perdón es un milagro de la voluntad que retira la pesada obstrucción que impide que la hermandad se realice, un milagro que culmina cuando dos personas distanciadas se reúnen en una relación tan nueva y justa como el tiempo y las circunstancias la permitan...

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Una vida extraordinaria

 

Una vida extraordinaria.

         El pueblo de Israel estaba esclavizado en Egipto, pero no olvidaba la promesa que Dios le había dicho al padre, Abraham, que a los 400 años serían liberados.  Vivían con la expectativa de que se estaba acercando el tiempo de la liberación.  Esto llega a los oídos de Faraón y por esto envía un edicto de matar a todos los niñitos varones.  Incluso envió parteras que se aseguraran que no vivieran los nacidos varones.
        
     Jocabed, madre de Moisés, vio a su hijo hermoso, con propósito, y preparó una canastilla, puso a Moisés en ella, y la echó en el río.  La hija de Faraón lo ve y lo acoge como hijo.  Moisés se levanta en medio de la casa de Faraón como un príncipe extraordinario.  Por una mala decisión, tuvo que salir huyendo al desierto y, de príncipe extraordinario, pasó a hombre ordinario.   No tan solo pasó a ser un hombre ordinario, sino que toda una nación estuvo 30 años más esperando el cumplimiento de una promesa. Pero un día, cuando estaba en el desierto cuidando ovejas ajenas, tuvo un encuentro con Dios; su vida dio un giro de 180 grados y una nación completa fue liberada de la esclavitud. 
         
         Cuando te conviertes de extraordinario en ordinario, no tan solo a ti se detiene el cumplimiento de una promesa, sino a toda una nación. 
        
         Un hombre que Dios lo había puesto en una posición en el reino, que podía tomar la decisión más rápida de libertar a su pueblo, pero una mala decisión lo lleva huir al desierto.  Lo más frustrante en la vida de un ser humano es estar en el desierto dando vueltas, cuidando ovejas ajenas, sabiendo el gran potencial que hay dentro de él. 
             
               Dios no te ha librado de tantas cosas, hasta de la muerte, para que vivas dando vueltas en la dirección incorrecta.  Fuiste llamado para algo más grande, más extraordinario. 
        
         Una vida extraordinaria no es vivir lleno de riquezas, sino saber maximizar lo que se tiene y tener la capacidad de vivir en el propósito de Dios.  Muchos se conforman con vivir en un matrimonio ordinario por no esforzarse y maximizar el matrimonio.  Muchos se conforman con poco, pudiendo maximizar y pasar de lo ordinario a extraordinario.  Dios no ha invertido tanto contigo para que vivas una vida sin sentido. 
          
             Una vida extraordinaria es cumplir el propósito de Dios.  Si bien es cierto que basta una mala decisión para pasar de extraordinario a ordinario, también es cierto que debemos dar gloria a Dios porque basta un solo encuentro con nuestro Señor Jesús para pasar de lo ordinario a una vida extraordinaria.
           
               Tu vida puede tomar una nueva dirección. Olvida el pasado. Retoma el destino que parecía perdido y alcanza el propósito de Dios para tu vida y los tuyos.  

sábado, 3 de agosto de 2013

Restauración







      Hoy en día vemos cómo las relaciones familiares se han corrompido. Muchos lo han vivido por tanto tiempo que se ha convertido en un problema común en su diario vivir.  Vemos familias afectadas emocionalmente por la mentira, el engaño, la avaricia y decisiones que rompen con el círculo familiar.   Pero hay una gran promesa de parte de Dios.  Hay posibilidad de cambios y de que una familia vuelva a entrar en el estado espiritual que Dios quiere que vivamos.  

      No todo el mundo tiene la misma madurez de tener la paciencia suficiente para que se logre la restauración.  Esto no se logra con una varita mágica.  El tiempo sólo no reconcilia ni restaura, pero sí toma tiempo reconciliarse y restaurarse.  ¿Por qué no tienes paciencia con los demás, si Dios ha tenido tanta paciencia contigo?  Hay que tener la paciencia suficiente, la esperanza divina, de que se puede llegar al nivel de reconciliación y restauración.  No es cambiar lo que pasó, sino proyectarnos a un nuevo futuro de victoria en el que Dios pueda cumplir en nosotros lo que siempre quiso cumplir.

        Muchos toman el problema familiar para justificar el detenerse y no seguir hacia delante. La realidad es que en este mundo en que vivimos estaremos expuestos a heridas de amistades y familiares.  Hay momentos en que estás más vulnerable que en otros a ser herido, pero que esto no detenga el plan de Dios.  Lo más grande que debes hacer por tu familia, aunque ellos no lo entiendan, es llegar a hacer lo que Dios quiere que tú hagas.  Cuando esto suceda, entonces estarás en posición de extenderles las manos.  

             Tu vida será transformada, a pesar de todos los problemas que has experimentado.  Ya sea que estés sólo o acompañado, herido o no herido, sigue caminando hacia el sueño que Dios te dio.  Vive por encima de todo maltrato, vive por encima de la traición, vive por encima de la falta de amor, para que logres la victoria en tu vida y alcances lo que Dios quiere para ti y para los tuyos.

martes, 18 de junio de 2013

Comprender





         Me gustaría comprender cómo he crecido, cómo me he  formado, hasta encontrar algunas inconsistencias en la manera como tomo decisiones, que muchas veces me impiden lograr mis  objetivos.
         Sé que no todos vemos al mundo igual, tengo presente que cada individuo es diferente, lo que representa un obstáculo para la comunicación de manera perceptiva.  La manera como percibo el mundo crea un sistema de creencias y verdades que determina cómo me comporto, pero como es un proceso inconsciente, no me doy cuenta de cómo estoy tomando decisiones, hasta que soy capaz de hacer consciente lo inconsciente. Trato de ser mejor, pero al tratar de ser mejor; en ese esfuerzo, sucede que vea más errores a mí alrededor; más imperfecciones y hace la contraparte del querer ser mejor, ya que  en vez de retribuirse el esfuerzo de ser mejor en satisfacción personal se convierte en una percepción de injusticia de la realidad que me envuelve; que me rodea y me juzga, sentenciándome de cruel y déspota, creando en mí una gran aflicción de espíritu y la única manera de sobreponerme es perdonando y comenzando de nuevo como lo hace el sol en cada amanecer.
         En la medida en que nos comprendemos y entendemos al otro, su manera de percibir el mundo, es más fácil relacionarnos.

lunes, 13 de mayo de 2013

Dios no nos dejará

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No podemos poner en espera lo que Dios va a hacer con nosotros.  Cuando llegue el momento, haremos lo que tengamos que hacer, pero no pongamos nuestra vida en espera por una circunstancia de dolor que no se ha podido resolver hoy.

La grandeza de un hombre que le cree a Dios es que, a pesar del dolor, la impotencia y la ansiedad. Dios sigue cumpliendo su promesa sobre nuestras vidas.  En medio de esos sentimientos, Dios nos puede prosperar y bendecir.  En medio del dolor, Dios nos puede dar una familia, llevarnos a nuevos lugares. 

(Génesis  Cáp.28) A Jacob, por 20 años, le dolía el estar lejos de su familia, le dolía lo que le estaba sucediendo.  Pero aún en medio de su dolor, Dios cumplía su promesa.  Debemos creer que al Dios que servimos va con nosotros en todo el camino.  Por supuesto, hay situaciones que hay que resolver en el momento necesario.  Lo que tenemos que conservar es un corazón dispuesto para cuando Dios nos indique lo que vamos a hacer. 

Las promesas de Dios son más grandes que nuestro pasado, que nuestras angustias y que nuestros “problemas”.  Las promesas de Dios son las que nos definen, y no el dolor de los problemas. Él nos dio una palabra, y nos ha dicho: -No les voy a dejar, -no les voy abandonar, hasta cumplir lo que he dicho. 

Dios no nos dejará.  El nos ha hecho, su proyecto de vida.


jueves, 21 de marzo de 2013

Vivir con Dios






El miedo a perder, a no querer preocupación, a no querer estrés, a no querer los sacrificios que implica el alcanzar cosas grandes, eso es espíritu de pobreza.

Un verdadero valiente jamás cambiaría la libertad de escoger para dónde va, cuánto alcanza, cuánto logra, para quedarse en un lugar fijo y depender de que otro diga y que otro determine. Jamás en la vida. Es cierto que esto implica preocupación y riesgo, pero no podemos decir que no nos vamos a atrever a arriesgar, que no nos vamos a atrever a hacer todo lo que Dios tiene para nosotros, por miedo, o por preferir no tener el estrés o la ansiedad.
Vive con el estrés. Vive con la ansiedad. Vive con la ocupación. De lo contrario, lo único que habrás alcanzado en tu vida será quietud. ¿Es eso todo lo que quieres? Entonces, entrega todo, y vive con tu quietud.
Una empresa te va a costar más horas. Unos hijos te van a costar ceder a tus sueños para alcanzar los sueños de otros. Una familia te va a costar entregar comodidades. Una mejor casa te va a costar ahorrar, y preocupaciones. Pero no puedes cambiar la pasión, el deseo, de ser todo lo que Dios quiere que tú seas, por un poco de quietud.
Tú fuiste hecho para cosas más grandes. Fuiste hecho para hacer cosas más grandes con tu vida, para prosperar, para progresar. Aspirar a algo grande te va a costar sacrificio; todo lo bueno tiene sacrificio, pero jamás dejes de alcanzar tan solo por eso.
La biblia dice que los dolores de parto de una madre no se comparan con la alegría del momento en que ponen esa criatura sobre ella. No importa el dolor que haya pasado, el tener esa criatura en sus manos trae una satisfacción, una alegría, que no se compara y que vale el esfuerzo.
No te puedes quedar a la mitad de lo que Dios quiere que tú seas. Si tu miedo es no lograrlo, mejor muere en el intento. Y, cuando hay preocupación, Cuando hay cargas sobre tus hombros, entrégalas al Señor, para que él se haga cargo de ellas. 

jueves, 21 de febrero de 2013

Perdonar



Hay muchos resentimientos que pueden acumularse en uno, en el lapso de un día  y la única manera de poner en el rostro una marca de alegría nuevamente, es mediante el descubrimiento de un amor que sobrepasa todo y es capaz de superar los resentimientos y llenarnos del espíritu del perdón. “Te perdono”, es el lenguaje del amor.

         He aprendido que es una tontería regañar a los demás, bastante tenemos  con vencer nuestras propias limitaciones sin irritarnos por el hecho de que Dios no haya creído conveniente distribuir por igual el don de la inteligencia.

         Ningún hombre se critica así mismo por nada, por grandes que sean sus errores. La crítica es inútil porque pone al prójimo en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa, porque lastima el orgullo, tan precioso del hombre, hiere su sentido de la importancia y despierta sus resentimientos.

         Hay dos clases de personas en el mundo, los que levantan murallas y los que construyen puentes. Robert Lee Frost dijo una vez: “Antes de edificar murallas hay que mirar bien qué es lo que uno deja fuera y qué es lo que uno encierra adentro”. Ese es un buen consejo para los constructores de murallas, porque en su autodefensa y hostilidad suelen hacer que la gente se aleje de ellos.

         Los ingenieros de puentes somos aquellos que siempre esperamos lo mejor de los demás, creemos que es posible esperar algo bueno de las personas y estamos ansiosos de creer siempre lo mejor, aún, en las circunstancias más desfavorables. ¡Tendemos puentes porque hemos aprendido el lenguaje del amor!

         La solución es aprender este lenguaje y comienza con estás palabras “El amor no guarda rencor”.  1era de Corintios, cap 13, versículo 5.

La Verdadera Riqueza

La Verdadera riqueza de: purocuento.com ("quiero compartirlo con Ustedes")

Un día, el padre de una familia adinerada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el firme propósito de que viera cuán pobre era la gente que vive en el campo.

Pasaron todo el día y la noche en la granja de una familia campesina muy humilde.

Al concluir el viaje, ya de regreso en su casa, el padre le pregunta a su hijo:

Padre: ¿Qué te pareció el viaje?

Hijo: Muy bonito, papá.

Padre: ¿Viste lo pobre que puede ser la gente?

Hijo: Sí.

Padre: ¿Y qué aprendiste?

Hijo: Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cinco. Nosotros tenemos una piscina larga hasta a la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y convivir en familia, tú y mi mamá tienen que trabajar todo el día y casi nunca los veo.

Al terminar el relato, el padre se quedó mudo, y su hijo agregó:

¡¡¡Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!!!

miércoles, 20 de febrero de 2013

Desapego

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Ser una persona desapegada no implica que se sea distante, fría o que no se valore lo que tanto sacrificio ha costado conseguir. El desapego es mirar las cosas y la vida en general con mucho amor, generosidad y consciencia.
         Una persona que aprende a vivir con lo que tiene, pero no siente temor de perderlo se puede considerar verdaderamente libre. Aquel que no acumula bienes, objetos o personas sino que disfruta de todo cuanto tiene y no tiene es una persona feliz y sabia, Llegar a esta postura no es fácil. Posiblemente, para poder tener esta mentalidad se haya tenido que perder mucho. El ser humano aprende mediante las crisis ya sea de orden económica o existencial.
         Uno aprende a valorar las cosas, “lamentablemente gracias al sufrimiento”, En cuanto al afecto, amar a alguien significa dejar ser libre. El desapego no es abandono sino amor incondicional. No podemos mantenernos presos unos de otros. No hay que depender de nadie ni hacer que nadie dependa de uno.
         Hay que intentar vivir cada día como si fuera el último sin que exista la necesidad de consumir a nuestra pareja, a nuestros amigos para esclavizarlos. Si se logra entender el verdadero significado del desapego se estará trascendiendo a un nivel espiritual más elevado que traerá muchos beneficios.
         Dentro de cada uno se esconde la herramienta más poderosa que hay que poner en práctica y es la de la generosidad del amor. Nadie puede enseñar al otro a desentenderse de los bienes materiales y las personas que nos anclan y hacen presos de una conducta consumista exagerada.
         En nuestro interior está la clave para afrontar este tema con sensatez. La introspección sirve para conocernos, para preguntarnos y reflexionar hasta hallar las respuestas necesarias.
¿Qué realmente nos aporta esa prenda que nos hemos comprado, en qué nos ayuda tener tantas cosas que no usamos, gente que nos desgasta o nos hace daño, por qué seguimos teniendo un vínculo con ellas, qué estamos haciendo mal? Son todos interrogantes que solamente cada uno podrá resolver.
         A veces es más simple de lo que parece. Destinar un fin de semana a hacer algo diferente que no implique el uso de la billetera. Encontrarse con uno mismo en una determinada situación.
No es necesario irse lejos a un retiro espiritual, sino que es importante poder encontrarse con uno mismo sin miedos ni prejuicios. Realizar un pequeño cambio para hacer la gran diferencia. Ver que otra manera de vivir y relacionarse con el mundo es posible.
Tendríamos que tener todo lo que queremos sin necesidad de atarnos a deudas, conflictos por dinero, sufrimientos amorosos a los que culpamos y queremos perpetuar cuando ya no es posible. La vida no es tan compleja como nos quieren hacer creer.
         Estamos acostumbrados a otorgarle emoción a una determinada situación si nos da satisfacción el resultado obtenido. Si nos compramos una casa, entonces somos felices.
Si nos vamos de viaje, entonces nos alegramos, si acumulamos cada vez más ropa, nos sentimos satisfechos y así vamos formando y alimentando nuestra existencia. Aprender a ser feliz por otro tipo de cosas es posible.
         Qué tal si nos educamos y educamos a nuestros hijos a ser felices por estar juntos, por compartir este maravilloso día de sol o lluvia, por las cosas sencillas que son las que en definitiva deberían valer la pena.
         Dar: la mejor manera de ejercitar el desapego es dando. Compartir lo que uno tiene, no tener miedo de que no vuelva. Lo que es nuestro es de todos. Dar con amor y verdadera generosidad.
Esta actitud es muy poderosa ya que estaremos vibrando tan alto que recibiremos lo mismo que somos capaces de dar.
         El desapego no implica renunciar a los sueños de tener todo aquello que se desea. Lo importante es no sentir miedo de perder lo que se tiene.
         Poder valorar otras cosas importantes de la vida y no sufrir por las pérdidas, sino reciclarlas y ver siempre el lado positivo, preguntarnos cuál es la lección que tenemos que aprender de los que nos está pasando y siempre hacer el esfuerzo de mirar la realidad desde muchas perspectivas.

lunes, 21 de enero de 2013

Recibe de Dios.

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En Génesis cap.24; ver.34, el siervo de Abraham dice que Jehová había prosperado a su amo, que este se había engrandecido, y que le había dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.
Algunas personas no saben recibir. A veces, tenemos grandes problemas en recibir de parte de Dios.
Por diferentes razones, no tenemos el corazón abierto para recibir de parte de Dios. El recibir algo nos hace sentir incómodos. El que alguien haga algo por ti, te hace sentir incómodo. El que alguien te favorezca, en un momento dado, te hace sentir incómodo. Si alguien hace algo por ti, sientes que le debes el favor, y no estás tranquilo hasta que pagues el favor que aquella persona te hizo. No disfrutas lo que te han dado.
Cuando no tenemos la capacidad de recibir, caemos en una conciencia de estrechez, donde Dios no puede hacer nada. No podrás alcanzar el final de tu fe, si no entiendes que hay una parte de todo lo que Dios quiere hacer contigo que siempre será dada por gracia.
No se trata de que te vayas al extremo de buscarlo todo de gratis, pero tienes que entender que no va a ser tu esfuerzo únicamente lo que va a producir los grandes resultados, sino que va a llegar un momento dado en tu vida donde la fe que hay en ti, la revelación que hay en ti, va a provocar que ciertas cosas comiencen a ser añadidas a tu vida, y el favor de Dios se va a mostrar en ti.
Si todo lo que tienes, lo que alcanzas, es por tu esfuerzo, entonces, no está el factor divino. Tiene que haber algo en tu vida que no tenga otra explicación que: Solo Dios me lo dio. Tiene que haber algo que tú no puedas decir que lo trabajaste, que lo luchaste, que lo sudaste.
Ciertamente hay cosas que vas a tener que luchar, cosas que vas a tener que trabajarlas, sudarlas. Vas a tener que engrandecerte, como hizo Abraham, vas a tener que poner acción. Pero tiene que haber algo dentro de ti, que muestre que hay favor divino.
Lamentablemente, en la vida de muchas personas, eso no existe, porque han encerrado su corazón, al grado de no poder recibir de Dios. Y, sin darse cuenta, comienzan a detener el potencial de Dios en sus vidas.
Tiene que haber un momento dado en que tú ensanches tu corazón para recibir de Dios

Nuestras manos.

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Nuestras manos forman parte de las extremidades y están compuestos por unos dedos, con ellos agarramos muchas cosas y nos sirven para casi todo, especialmente para comer, beber y asearnos. Las usamos para múltiples costumbres, como ¡el saludo!  Con ellas gesticulamos, indispensable para el lenguaje de señas para la comunicación con personas sordas o con problemas auditivos Las personas invidentes pueden utilizar sus manos como instrumentos de lectura mediante la escritura en Braille. Para escribir  y dibujar, tallar y modelar, crear y hacer, con las manos. Aliviar el dolor mediante técnicas de masaje, Para obtener placer físico, usada para interpretar instrumentos musicales.
Son el principal órgano para la manipulación física del medio. La punta de los dedos contiene algunas de las zonas con más terminaciones nerviosas del cuerpo humano; son la principal fuente de información táctil sobre el entorno, por eso el sentido del tacto se asocia inmediatamente con las manos.

Además, las manos están compuestas de varios, músculos y ligamentos diferentes que permiten una gran cantidad de movimientos y destreza. ¡Dios bendigas las manos de arduo trabajo! Manos que no se alcen para el maltrato y los golpes; sino manos que acaricien y den amor. ¡Dios bendiga las manos de mi madre!

Así son también los hijos de la tierra, cada uno diferente a otro, con características únicas, unos más grandes que otros, unos más gordos que otros. Salen caros pero no tienen precio. Manos sin dedos ¡gran aflicción! Son necesarios, ¡son diferentes, pero juntos hacen muchísimas cosas! Así quisiera yo que fuesen los hijos, que aunque tengas sus diferencias y su forma particular de ser, ¡seamos unidos para lograr el éxito!

domingo, 13 de enero de 2013

La belleza


La belleza exterior viene de una fuente diferente a la belleza interior. La belleza exterior viene de tu padre y de tu madre: sus cuerpos crean tu cuerpo. Pero la belleza interior viene de tu propio crecimiento de la conciencia que estás trayendo de muchas vidas. En tu individualidad ambas cosas se unen, la herencia física de tu padre y de tu madre y la herencia espiritual de tus vidas pasadas, su conciencia, su gozo, su alegría.

martes, 8 de enero de 2013

Alegria



ALEGRIA
Nadie le permite a sus hijos bailar, cantar, gritar y saltar. Por razones triviales -quizás pueden romper algo, quizás se les moje la ropa con la lluvia si corren en el exterior-, por pequeñas cosas se destruye por completo una gran cualidad espiritual: la alegría. El niño obediente es elogiado por sus padres, por sus profesores, por todo el mundo, y el niño juguetón es censurado. Sus ganas de jugar podrían ser totalmente inofensivas, pero es censurado porque existe un peligro potencial de rebelión. Si el niño continúa creciendo con total libertad para ser juguetón, acabará siendo un rebelde. No será fácilmente esclavizado; no le podrán reclutar fácilmente en un ejército para destruir gente, o para que le destruyan.  El niño rebelde se convertirá en un joven rebelde. Entonces no podrás obligarle a que se case; no podrás obligarle a aceptar un determinado empleo; no se le podrá obligar a satisfacer los deseos incompletos, y los anhelos de sus padres. La juventud rebelde seguirá su propio camino. Vivirá su propia vida de acuerdo a sus deseos más íntimos, no de acuerdo a los ideales de otras personas. Por todas estas razones, se sofoca su capacidad de jugar, se aplasta desde el principio.  Nunca se le da una oportunidad a su naturaleza. Poco a poco empieza a cargar con un niño muerto en su interior. Este niño muerto en su interior destruye su sentido del humor: no puede reírse totalmente, con todo su corazón, no puede jugar, no puede disfrutar de las cosas pequeñas de la vida. Se vuelve tan serio que su vida, en vez de expandirse, comienza a encogerse. La vida debe ser, en cada momento, una creatividad preciosa. No importa lo que cree, podrían ser sólo castillos en la arena, pero todo lo que hace debería salir de su capacidad de jugar y de su alegría.
 

Perscepción de Vida.

“Mi percepción a medida que envejezco es que no hay años malos. Hay años de fuertes aprendizajes y otros que son como un recreo, pero malos no son. Creo firmemente que la forma en que se debería evaluar un año tendría más que ver con cuánto fuimos capaces de amar, de perdonar, de reír, de aprender cosas nuevas, de haber desafiado nuestros egos y nuestros apegos. Por eso, no debiéramos tenerle miedo al sufrimiento ni al tan temido fracaso, porque ambos son sólo instancias de aprendizaje. Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla, depende de nosotros, el cómo enganchamos con las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo. “Ser feliz es una decisión”, no nos olvidemos de eso. Entonces, con estos criterios me preguntaba qué tenía que hacer yo para poder construir un buen año porque todos estamos en el camino de aprender todos los días a ser mejores y de entender que a esta vida vinimos a tres cosas: - a aprender a amar – a dejar huella – a ser felices. En esas tres cosas debiéramos trabajar todos los días, el tema es cómo y creo que hay tres factores que ayudan en estos puntos: -Aprender a amar la responsabilidad como una instancia de crecimiento. El trabajo sea remunerado o no, dignifica el alma y el espíritu y nos hace bien en nuestra salud mental. Ahora el significado del cansancio es visto como algo negativo de lo cual debemos deshacernos y no cómo el privilegio de estar cansados porque eso significa que estamos entregando lo mejor de nosotros. A esta tierra vinimos a cansarnos,……. -Valorar la libertad como una forma de vencerme a mí mismo y entender que ser libre no es hacer lo que yo quiero. Quizás deberíamos ejercer nuestra libertad haciendo lo que debemos con placer y decir que estamos felizmente agotados y así poder amar más y mejor. -El tercer y último punto a cultivar es el desarrollo de la fuerza de voluntad, ese maravilloso talento de poder esperar, de postergar gratificaciones inmediatas en pos de cosas mejores. Hacernos cariño y tratarnos bien como país y como familia, saludarnos en los ascensores, saludar a los guardias, a los chóferes de los autobuses, sonreír por lo menos una o varias veces al día. Querernos. Crear calidez dentro de nuestras casas, hogares, y para eso tiene que haber olor a comida, cojines aplastados y hasta manchados, cierto desorden que acuse que ahí hay vida. Nuestras casas independientes de los recursos, se están volviendo demasiado perfectas que parece que nadie puede vivir adentro. Tratemos de crecer en lo espiritual, cualquiera sea la visión de ello. La trascendencia y el darle sentido a lo que hacemos tienen que ver con la inteligencia espiritual. Tratemos de dosificar la tecnología y demos paso a la conversación, a los juegos “antiguos”, a los encuentros familiares, a los encuentros con amigos, dentro de casa. Valoremos la intimidad, el calor y el amor dentro de nuestras familias. Si logramos trabajar en estos puntos y yo me comprometo a intentarlo, habremos decretado ser felices, lo cual no nos exime de los problemas, pero nos hace entender que la única diferencia entre alguien feliz o no, no tiene que ver con los problemas que tengamos sino que con la Actitud con la cual enfrentemos lo que nos toca. Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro”.